El paradigma educativo finlandés, ¿por qué no copiamos el modelo?

Hace unos años escribí para la revista Stakeholders sobre Finlandia: «Desde que las primeras pruebas mundiales de rendimiento escolar ubicaron el sistema finlandés como uno de los mejores, los expertos no han demorado en considerarlo un “paradigma”, mientras otros lo creen un “milagro”. Periodistas curiosos viajan a Helsinki tras la fórmula secreta, presumiendo que se esconde en presupuestos estrambóticos o profesores superdotados. Lo que encuentran es aún más fantástico: allí la educación tiene un sentido social«. (leer aquí)

En estas semanas, hemos discutido en clase sobre ese sentido, sobre el valor de la educación pública (que producto de la pandemia ha recibido más de 120 mil estudiantes de la escuela privada) y, de forma provocadora, nos hemos preguntado si sería posible «importar el modelo». La respuesta era obvia: no, porque eso significaría importar todo en un sistema político de bienestar que vas mucho más allá de las aulas. Sin embargo, la provocación nos permitió imaginar escenarios.

Con ese propósito, un grupo de estudiantes estudiantes del curso de Educación y Comunicación abordó el tema usando como referencias el artículo de la exministra Flor Pablo, sobre los retos que nos plantea el Covid-19 como sistema, y la entrevista que le hice al profesor Juan Cadillo, sobre el rol de los maestros en este contexto. Comparto aquí el resultado de esa indagación, a cargo de Andrea Durand, Jomayvit Gálaga Fátima Marticorena y Tania Uehara:

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